Un viaje inolvidable, la yurta es un verdadero lujo en todas las dimensiones, limpieza, comodidad, un lugar que no nos dejó extrañar a nuestra casa. Dormir con el sonido del río, una tinaja caliente a la luz de las estrellas, realmente es un lugar mágico. Claudia y su marido se han preocupado de cada detalle y ya decidimos volver el verano 2026.